Primavera de 1979:

Desde Hanoi, el fotógrafo Tran Tuan atravesó Truong Son (Sierra Larga) para participar en la guerra contra Estados Unidos. Pocos años después de la liberación del sur, y de la reunificación nacional en 1975,  llegó al extremo norte del país en 1979 para unirse a la defensa de la frontera ante los ataques de las fuerzas chinas, apoyadas por centenares de tanques, vehículos blindados, y cañones.  

Para las generaciones de hoy, su largo viaje es como un documental sobre la vida de un combatiente que consagró su juventud y su vida a la causa revolucionaria del pueblo, en particular a la garantía de la divulgación de las informaciones e imágenes desde los campos de batalla a la Agencia Vietnamita de Noticias (VNA).    

Las fotos capturadas por Tran Tuan en medio del fuego y los bombardeos son obras históricas que reflejan las hazañas y el espíritu indomable del ejército y el pueblo vietnamita, así como exponen los crímenes de los enemigos.   

Después de cuatro décadas con incontables vaivenes en la vida, ese soldado-reportero guarda intactos en la mente los recuerdos de aquella primavera de 1979 en la frontera norteña de la Patria.     Son momentos que ningún vietnamita puede olvidar.    

Tran Tuan nos cuenta sus recuerdos en la siguiente entrevista.

Son momentos que ningún vietnamita puede olvidar.

“La vida en un hilo”

Pregunta: ¿Cuáles fueron sus pensamientos cuando fue reclutado para la defensa de la frontera septentrional en 1979 como corresponsal de guerra?  

Respuesta: Fueron momentos inolvidables, y creo que ningún vietnamita los debe olvidar.  

Ante los enfrentamientos desde 1978 entre el ejército vietnamita y las fuerzas en el otro lado de la frontera, nosotros los reporteros estábamos listos para viajar al campo de batalla. A finales de 1978, después de que el compañero Quang Trieu (fotoperiodista de la VNA) fue hospitalizado, la agencia inmediatamente me encargó la continuación de su trabajo. Entonces la provincia de Quang Ninh era uno de los centros de mayor complejidad.  

A mediados de febrero de 1979, el pescador Nguyen Dinh Phuc fue asesinado a balazos por un barco desconocido cuando faenaba en el mar de Tra Co. Cuando llegué al escenario, noté la presencia de numerosos reporteros extranjeros. Después, los boletines transmitidos consecuentemente por la VNA y otras agencias noticiosas en el mundo revelaron al público nacional e internacional la naturaleza del acontecimiento, exponiendo el crimen del enemigo al asesinar a un inocente. Entonces, una oleada de agitación se expandió por toda la sociedad. 

El guardia fronterizo Ngo Duy Nhung salva a este niño de las ruinas en un abrir y cerrar de ojos
El guardia fronterizo Ngo Duy Nhung salva a este niño de las ruinas en un abrir y cerrar de ojos

Después de ese acontecimiento, fui trasladado al frente de Cao Bang-Lang Son. Las constantes movilizaciones me hicieron entender que la guerra estaba muy cerca. La historia, de nuevo, puso en prueba a nuestro pueblo. Estuve orgulloso de mi trabajo, pero a cierto nivel no quise ser corresponsal de guerra. No porque me diera miedo la muerte, sino porque mi tierra natal, mi Patria, de nuevo, se convertirían en un campo de batalla, y la sangre de mis compatriotas seguiría perdiéndose.    

La madrugada del 17 de febrero de 1979, un conflicto se estalló de repente en la frontera norteña de Vietnam, cuando los líderes de China ordenaron una invasión masiva del territorio del país desde Po Hen (en la provincia de Quang Ninh) hasta Pa Nam Cum (Lai Chau).      

Con el fin de salvaguardar a la nación y ejercer el legítimo derecho a la autodefensa, el ejército y el pueblo de Vietnam se vieron obligados a luchar por la independencia, la soberanía y la integridad territorial. En esos momentos, no tuvimos tiempo para atemorizarnos.

Tran Tuan, corresponsal de guerra de la VNA durante la defensa de la frontera norte en 1979  
Tran Tuan, corresponsal de guerra de la VNA durante la defensa de la frontera norte en 1979  

P: ¿Cómo era el campo de batalla por esos días?  

R: De hecho, los enfrentamientos comenzaron a finales de 1978. Para muchos fue una sorpresa el momento de inicio de la invasión, en la madrugada del 17 de febrero de 1979, pero la inevitabilidad de ese conflicto, no.    

Fueron las últimas semanas de aquel invierno. El frío, el viento y la niebla estremecían hasta los huesos…Tras las luchas contra el colonialismo y el imperialismo, Vietnam enfrentaba a las fuerzas del régimen genocida camboyano de Pol Pot en la frontera del sudoeste. Para describir esa situación, podemos decir que “la vida pendía de un hilo”. Pese a todo, fuerzas mal armadas, y el pueblo vietnamita, fortalecieron las actividades de estudio, producción y entrenamiento para prepararse.    

Antes del 17 de febrero de 1979, la vida era totalmente normal. Esa madrugada, se anunció la presencia de tanques chinos en Cao Bang. Los vehículos del enemigo se congregaron en la zona céntrica de la localidad, con intención de exhibir su poder para atemorizar a los lugareños. Con cada paso, destruyeron, quemaron y robaron todo a su alcance. Los pobladores gritaron y corrieron evacuándose hacia Tai Ho Sin.

Una hazaña que todavía no recibió el reconocimiento que merece

P: ¿Ante ese escenario, como se sintió?  

R: Por más que me doliera, me esforcé para calmarme, de manera que los sentimientos negativos no afectaran a otras personas. A todo costo, debí mantener la confianza de los soldados y pobladores.    

La ardua realidad me instó a llevar la cámara al campo de batalla. Nadie me obligó, la conciencia me exhortó a demostrar el espíritu indomable del pueblo y los crímenes del enemigo. Sentí la responsabilidad de demostrar al público nacional e internacional la justa causa de la lucha de mis compatriotas.

Residentes en áreas fronterizas del norte de Vietnam en 1979
Residentes en áreas fronterizas del norte de Vietnam en 1979

Siendo un corresponsal de guerra durante la campaña de Ho Chi Minh, que liberó el sur y reunificó al país en 1975, supe enfocarme en momentos y escenarios para transmitir los mensajes necesarios. Era un crimen desperdiciar cualquier película, dada la escasez de los recursos entonces.

Nadie me obligó, la conciencia me exhortó a demostrar el espíritu indomable del pueblo y los crímenes del enemigo.

P: ¿Algún momento de la guerra que lo obsesionó?   R: Durante años no pude olvidar la conmoción cuando llegué a la comuna Tong Chup, en la provincia de Cao Bang, y vi con mis propios ojos la devastación después de un ataque del enemigo.    

Tampoco puedo olvidar las ruinas en Cao Bang cuando regresé a esa provincia a mediados de marzo de 1979. Todos los faroles cayeron, las casas y escuelas se derrumbaron, cadáveres de ganado y aves de corral estaban esparcidos en todos los lugares, e incluso los metates se redujeron en polvo.

P:¿Alguna vez se ha reunido con los personajes de sus fotos realizadas en la defensa de la frontera norteña? 

R: Regresé muchas veces a los sitios que fueron campos de batalla, pero nunca tuve la oportunidad de reunirme con los rostros del pasado.  

Jamás hubo una guerra sin consecuencias. Lo que siempre me atormenta es el hecho de que esa justa lucha del pueblo todavía no aparece tan ampliamente como lo merece en los medios de comunicación y libros de historia. Espero que se recuerden a aquellos soldados y pobladores, quienes sacrificaron sus bienes, su juventud y hasta su vida por la paz, la independencia y la integridad territorial de la Patria.

Lo que siempre me atormenta es el hecho de que esa justa lucha del pueblo todavía no aparece tan ampliamente como lo merece en los medios de comunicación y libros de historia.